Ir al contenido principal

The Wire (2002)

The Wire (2002-2008) habla de la vida en Baltimore, Maryland, analizando exhaustivamente en cada temporada lo que podrían parecer esferas independientes: el departamento de policía y el narcotráfico, los trabajadores portuarios, el mundo de la política, la educación y los medios de comunicación.

Este modo de documentar y estudiar la realidad la diferencia de las típicas series policíacas en las que en cada capítulo se abre y cierra un caso que no guarda relación con el anterior; en The Wire, cada esfera es dependiente de la otra, y todas ellas forman parte del mismo juego al que se refiere constantemente gran cantidad de personajes, que no es otro que el del sistema capitalista.


Para mí, este inmenso documental pone de relieve varios puntos.

1. La incapacidad de solucionar nada si no se aborda desde la totalidad

Cuando, en el mejor de los escenarios, los policías y detectives resuelven un caso, abandonan cualquier seguimiento posterior, como si simplemente se trataran de tareas a tachar de una lista que no germina en nada más:

  • Cuando cierran el caso de la segunda temporada, en el último capítulo se muestra cómo otras mujeres siguen llegando hacinadas en contenedores marítimos, cómo los trabajadores portuarios siguen hundiéndose en la miseria ante la desindustrialización.


  • Cuando cierran el caso de Marlo, coincidiendo este acontecimiento con el final de The Wire, vemos que Mike toma el relevo de Omar y Duke el de Sherrod o Bubbles; aun sin el liderazgo de Proposition Joe o Stanfield, el resto de narcotraficantes se las apaña para no cesar en su actividad, ahora trabajando con los griegos; los indigentes continúan hurgando en las basuras de Baltimore y los chavales de los guetos siguen vendiendo droga en las esquinas. Las caras cambian, pero el juego no, el mensaje de todo sigue igual se hace más evidente y explícito.


2. No hay víctima perfecta

Todos aquellos que habitan los guetos, en algún momento o a todas horas, nos hacen sentir cierta repulsión con sus acciones, pero estas no se entienden si se ignora que son producto de la violencia y marginación a la que se ven expuestos. Aquí no se juzga la moral: cada uno de los personajes pasa a personificar un rol determinado, más o menos problemático, pero siempre empujado por las reglas del juego y haciendo lo necesario para sobrevivir en él.

3. La violencia policial en todas sus formas

Dejando de lado a los policías que hacen un uso desproporcionado de su fuerza y autoridad, incluso el mejor de ellos opera en los mismos términos de vigilancia y castigo, agravando la tensión que se vive en los guetos.

Además, todos ellos se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de los residentes de estos barrios de mala muerte para conseguir la información que les haga falta, sin ser del todo conscientes de las consecuencias de sus actos: a Kima, McNulty y Herc solamente les interesa Bubbles en tanto informante, cuando el drogadicto se abre con ellos hacen oídos sordos; cuando a Randy lo fuerzan a colaborar con la policía, todo su futuro se va al traste por chivato; a Bodie lo asesinan por haberlo visto charlando con McNulty y sospechar que podría irse de la lengua.



4. Los límites del sistema en que se desarrolla

  • Ante las órdenes de reducir las tasas de criminalidad en Baltimore, Colvin, en resumidas cuentas, legaliza las drogas sin que sus superiores lo sepan. Lleva a comerciantes y compradores a lo que llamarán Hamsterdam y promete no arrestar a nadie, siempre y cuando no se den altercados. Con salvadas excepciones, así sucede la mayor parte del tiempo. Lo que es más, diversas organizaciones sanitarias agradecen esta iniciativa y realizan labores de prevención de enfermedades infecciosas; Cutty, antiguo soldado de Barksdale ahora reconvertido a trabajador social, monta allí una escuela de boxeo gratuita; los chavales juegan a baloncesto en unas canchas improvisadas. Cuando se descubre la realidad detrás de las estadísticas de Colvin, se le expulsa del cuerpo y se da carpetazo al proyecto, se echan balones fuera desde el ayuntamiento por miedo a quedar mal frente a sus adversarios políticos y las pobres almas que habían encontrado cierta paz en Hamsterdam vuelven a sus esquinas de miseria.


  • Carcetti, nada más convertirse en alcalde de Baltimore, promete cambiarlo todo, pero nada más lejos de la realidad: acaba pidiendo a Daniels que altere las estadísticas en su favor, cierra un proyecto educativo centrado en ayudar a los chavales más problemáticos de una escuela en la que Colvin prueba suerte nuevamente, ahora como profesor/educador social... Alega que estos serán sacrificios que el juego político exige temporalmente, pero el momento del verdadero cambio nunca llega. La pantomima se repite en bucle.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Viaje a Chicago

Tres años hacía que no viajaba de esta manera, desde aquella vez que visité Islandia como premio de fin de carrera. Y ya hace ocho que no cruzaba el charco en uno de esos aviones que transportan casi medio millar de pasajeros. Íbamos a ver a Unai, que ya llevaba dos años viviendo en Chicago, y de paso a recorrer varias ciudades y puntos de interés del noreste de Estados Unidos y el sureste de Canadá. La ruta que seguimos, a grandes rasgos, es la de la siguiente imagen. Chicago Fue, obviamente, nuestro primer destino, nuestro punto de partida. Jon y yo nos alojamos en casa de Mateo, y Cristina y Jon Marcos en la de Unai. El barrio se encontraba a algo más de media hora del centro, tanto en bicicleta como en coche o metro. Como es costumbre en el extrarradio de las ciudades del país, las viviendas allí eran chalés o adosados de dos o tres pisos de alto; construcciones de madera, la mayoría, las típicas casas norteamericanas de paredes finas que se pueden venir abajo con los vientos de un

Succession (2018)

Succession , a muy alto nivel, habla de la familia burguesa de los Roy; de Logan Roy, patriarca y dueño del conglomerado mundial Waystar RoyCo, y de todo lo que orbita a su alrededor. Hilando más fino, esta serie, más allá de entenderse como un mero Game of Thrones , trata de las relaciones sociales capitalistas . Ayme , en un hilo donde pretendía exponer la esencia de Succession , escribía que Jesse Armstrong, su creador, quería «mostrar cómo la cultura corporativa lleva a entender las relaciones y emociones humanas en términos mercantiles y extractivistas y las pervierte por completo». Esto lo leí antes de empezar a ver la serie, y esto fue lo que traté de buscar en cada capítulo. La jerarquía de poder es bien clara: Logan Roy, familiares, el resto de altos cargos de la empresa y, muy lejos de todos ellos, como en otro universo paralelo, el ejército de empleados que pulula limpiando, preparando eventos, haciendo de chófer, tripulando lanchas y yates y pilotando helicópteros y  jets

Erasmus en Częstochowa (Polonia)

Ideas de Anarquía Relacional: la revolución desde los vínculos

La conquista del pan (Piotr Kropotkin, 1892)

Islandia

Desde que me empezó a gustar la fotografía de paisaje, hace eso de tres años, Islandia siempre fue uno de mis viajes soñados. Montañas, cascadas, glaciares, auroras boreales... qué más podía pedir un chaval obsesionado con la fotografía de larga exposición y con capturar con su objetivo gran angular la mejor escena de cada lugar que visitara. Así, como viaje de fin de carrera, tres amigos y yo nos lanzamos a la aventura un 22 de julio de 2019. En este post comentaré lo que organizamos antes del viaje y, en formato diario, lo que hicimos cada día, acompañándolo con observaciones y fotografías. Preparación Transporte : miramos caravanas y furgonetas, pero el precio se nos iba de las manos. Nos quedamos con un Hyundai i20, pagando 190 € cada uno. Dónde dormir : habiendo descartado los vehículos vivienda, nos quedaban dos opciones: hoteles o cámpines. Por abaratar costes, nos decantamos por la segunda. Cogimos 2 tiendas de campaña y 4 sacos de dormir, pagando por todo ello 96 €

Vacaciones en Barcelona y Málaga

Habiendo aguantado exitosamente sin pedir un sólo día de vacaciones de los once no laborables que me corresponden de enero a julio, momento en el que me renuevan contrato en la empresa, del 8 al 19 de junio al fin me cogí ocho; los tres restantes pasarán al segundo semestre. Aquí una suerte de diario —retocado a posteriori —  que recoge mis vivencias en aquel período de pausa laboral, primero en Barcelona y después en Málaga. Día 1 Termino de trabajar a las 17:30, como todos los días de lunes a jueves. El vuelo lo tengo a las 19:50, así que me apresuro en ir al aeropuerto. A diferencia de mis esporádicos viajes realizados desde septiembre del año pasado, esta vez no me llevo el portátil para teletrabajar. En su lugar, meto en la mochila la Mamiya, de dos kilos y medio, y me echo el trípode al hombro. También cargo en esta ocasión con la maleta de cabina, ya que este viaje será algo más largo de lo normal. Por si tengo que hacer malabares para meter mi equipaje en el estante del avión,

El derecho a la pereza (Paul Lafargue, 1883)

Samurai Champloo (2004)

La doctrina del shock: El auge del capitalismo del desastre (Naomi Klein, 2007)