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El África de Thomas Sankara (1949-1987)


En esta entrada resumo El África de Thomas Sankara, de Carlo Batà, licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Milán.

Solamente he agrupado fragmentos del propio libro y los he ordenado más a mi conveniencia, ya que creo que de esta manera todo se entiende mejor. Exceptuando las líneas entrecomilladas, que hacen alusión a palabras de Sankara, la redacción es original de Carlo Batà.

Región de Alto Volta

Alto Volta y países limítrofes

El idioma oficial del país, legado de sesenta años de colonización, es el francés, mientras que el idioma local más habitual es el moiré, hablado por los Mossi. Cerca del 25 % de los voltenses es musulmán, mientras que el 10 % es católico.

Su economía se basa exclusivamente en una agricultura de subsistencia que depende únicamente de la demanda de las ciudades. Los campesinos, más del 85 % de la población, producen el mijo y el sorgo que acaba en las mesas de la burguesía comercial y burocrática de Ouagadougou, capital del país, y Bobo-Dioulasso. Sólo se cultiva el 18 % de la tierra, el 14 % son pastos y el 8 % bosque.

Vida de Thomas Sankara y fechas representativas

Nació el 21 de diciembre de 1949 en Yako, en el reino Mossi de Yatenga, Alto Volta. Su madre se llamaba Marguerite y su padre Joseph, quien sirvió al ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial.

A los seis años empezó la escuela primaria en Gaoua y terminó brillantemente sus estudios en el liceo de los misioneros católicos de Bobo-Dioulasso. Se mostraba extrovertido y amante de los debates, y no titubeaba al expresar su reprobación cuando su padre levantaba la mano contra su madre.

Maurice Yaméogo, líder de la Unión Democrática Voltense (UDV), proclama la independencia el 5 de agosto de 1960, y el 22 de septiembre Alto Volta entra a formar parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Francia dejaba un país saqueado, sin una clase dirigente y sin la sólida estructura social de los reinos Mossi. Se habían creado grandes latifundios en los que los campesinos trabajaban la tierra de los europeos, normalmente durante pocos meses al año. En un país donde todavía no había fábricas, no existía una clase obrera. Además, el estancamiento económico empujó a muchos trabajadores a emigrar. Anualmente, atravesaban la frontera de Costa de Marfil 40 000 personas.

Maurice Yaméogo

En 1966 interviene el Ejército, disolviendo la Asamblea Parlamentaria y cesando al presidente. Se forma el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, encabezado por el teniente coronel Sangoulé Lamizana, viejo general de las tropas coloniales francesas.

Sangoulé Lamizana

A los diecisiete años, Sankara entra en la École Militaire Préparatoire de Kadiogo, única posibilidad de seguir los estudios para un joven proveniente de una familia no pudiente.

En 1970, tras finalizar la escuela militar, lo envían a la Académie Militaire de Antsirabe, en Madagascar, país donde se había producido un levantamiento popular; allí le conceden el grado de oficial. Empieza así su formación política, alimentada por fervientes lecturas. «Un militar sin formación política no es más que un criminal en potencia».

Después, Sankara se adiestra en la École de Parachutisme de Pau, en Francia. Tras unos meses, lo trasladan a Marruecos, donde establece una estrecha relación con Blaise Compaoré, y donde ve la miseria del pueblo y el lujo de la clase dirigente.

Sankara (centro) y Compaoré (izquierda)

En 1974 estalla un conflicto armado entre Alto Volta y Malí y Sankara regresa a su patria. «Si tenemos que combatir, hagámoslo para sobrevivir, conscientemente y por una necesidad común, y no para fortalecer las fronteras entre dos pueblos unidos en todo».

Dos años más tarde, le otorgan el mando de la división de paracaidistas del Centre National d’Entraînement Commando de la pequeña ciudad de Pô, al sur del país. Sankara se encuentra entre los promotores de un programa de acercamiento entre militares y sociedad civil, que establece para los soldados el trabajo con los campesinos en los campos de mijo situados alrededor del cuartel. Durante su tiempo libre, toca la guitarra con un grupo de coetáneos y participa en todas las actividades que se organizan.

En 1979 se casa con Mariam.

En 1980 Lamizana es destituido por el coronel Saye Zerbo.

Saye Zerbo

En 1981, tras el ascenso a capitán, Sankara es trasladado a Ouagadougou. En Pô lo sustituye Compaoré. Sankara hace su aparición en la escena política nacional este mismo año, cuando Zerbo le ofrece el cargo de secretario de Estado para la Información, dentro de su propio gobierno militar. Con él están también sus amigos Compaoré y Henri Zongo.

Sankara, que acepta el cargo tras muchas dudas, se presenta a la primera reunión en bicicleta. Quien gobierna tiene que «vivir con el pueblo, no a sus espaldas». No tarda en dimitir, en evidente desacuerdo con la política del Gobierno. Es televisado explicando el porqué: «No puedo contribuir a servir los intereses de una minoría». Detienen y encarcelan a Sankara.

En noviembre del 1982 el régimen de Saye Zerbo es derrocado y eligen presidente al oficial Jean-Baptiste Ouédraogo, un médico de pediatría del hospital de Ouagadougou. Se constituye un Consejo de Salvación del Pueblo (CSP) formado por militares. Sankara recupera su libertad y es elegido jefe de gobierno.

Comienza una dura lucha contra los privilegios. Cuando el Mogho Naba se niega a pagar el recibo de la luz y el agua, le cortan el suministro eléctrico y el palacio de la corte Mossi de Ouagadougou se queda incluso sin agua corriente. Empieza un proceso de democratización de las Fuerzas Armadas; a los soldados se les enseña no sólo a ser una fuerza coercitiva, sino un elemento de tracción hacia la estabilidad política. Tras la purga de todos los elementos corruptos que se han apropiado indebidamente de fondos estatales, las Fuerzas Armadas serán «el Ejército del pueblo».

El 17 de mayo de 1983, el jefe de estado mayor, el coronel Yorian Gabriel Somé, procede al arresto de Sankara. Compaoré huye y se refugia en la fortaleza de Pô. Ouédraogo continúa en su puesto. En las calles de Ouagadougou se pide la excarcelación de Sankara. Ouédraogo se ve obligado a dejar en libertad a los presos políticos, anunciar la disolución del CSP y prometer una nueva constitución. A finales de mes, decide liberar a todos sus predecesores: Yaméogo, Lamizana y Saye Zerbo. El mismo día también sale de la cárcel Sankara, relegado al arresto domiciliario.

El 4 de agosto, 250 soldados del comando de paracaidistas de Pô toman la capital. El Palacio de la Presidencia, la Radiotelevisión y la Gendarmería caen rápidamente. A las diez de la noche, Sankara habla a la nación: «Pueblo de Alto Volta, os habla el capitán Thomas Sankara, […] el Ejército se ha visto obligado de nuevo a intervenir en cuestiones de estado para restablecer la soberanía, la libertad del país y la dignidad del pueblo». Las últimas palabras, que estarán siempre presentes en sus próximos discursos, anuncian la tarea a la que el país tiene que enfrentarse: «La Patrie ou la mort, nous vaincrons». Al día siguiente, la gente sale a la calle, manifestando su total apoyo a los hombres guiados por Sankara. Es la primera vez que, tras un golpe de estado, los golpistas se mueven por la ciudad con jeep descubiertos, invitando a la gente a unirse a ellos.

«Nuestra revolución tendrá éxito sólo si, mirando detrás, alrededor y delante de nosotros, podemos decir que gracias a la revolución la gente es un poco más feliz porque tiene agua potable, una alimentación suficiente, acceso a un sistema sanitario y educativo; porque vive en moradas decentes, se viste mejor, tiene derecho al tiempo libre y puede gozar de mayor libertad, más democracia y más dignidad».

Sankara asume la presidencia del Consejo Nacional de la Revolución (CNR), el principal órgano del nuevo sistema político, compuesto por militares, representantes de partidos de izquierda y sindicalistas; se convierte en jefe de Estado.

Se divide el país en veinticinco provincias, que sustituyen a los diez departamentos arbitrariamente instituidos por Francia en 1960 sin tener en cuenta las especificidades regionales. Se rebaja los sueldos de los funcionarios estatales en un 30 %. Se establece el racionamiento de carburante, electricidad, agua y papel, y las llamadas telefónicas, sobre todo las internacionales, se reducen al mínimo indispensable. Para recuperar el dinero de la evasión fiscal, se instauran comisiones específicas que controlan las declaraciones de la renta.

En cada pueblo, barrio o lugar de trabajo, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) llevan a cabo todas las actividades, constituyen «el instrumento que el pueblo ha creado para asumir el verdadero control de su destino», y sus deberes serán la educación política y la movilización de los ciudadanos, la participación en los trabajos colectivos como embalses, viviendas para los sintecho, ambulatorios y calles para mejorar la infraestructura del país y la defensa de las conquistas revolucionarias, entre otros. En menos de un año se crean 7000 CDR, uno en cada pueblo.

Pocas semanas después de la toma de poder, Sankara revela a la revista francesa Jeune Afrique: «Si queréis incluirnos dentro de una posición ideológica, podéis considerarnos patrióticos […] ¿Cómo es posible declararse comunista o marxista cuando el pueblo se muere de hambre? Pero, ¿por qué darle la espalda al marxismo si nos permite resolver problemas concretos?». 

El 4 de agosto de 1984, Alto Volta se convierte en Burkina Faso (el país de los hombres dignos).

Manda quitar el aire acondicionado de su despacho; ningún privilegio para amigos y familiares; sus hijos no van a escuelas privadas, al contrario, quiere que vayan a estudiar al campo y no a Ouagadougou; evita consumir productos de multinacionales, respetando la regla de las dos comidas diarias y rechaza el consumo de cigarrillos. Se introduce un techo máximo para los sueldos.

En 1986 se aprueba el Plan Quinquenal. La gente elabora directamente las medidas a tomar durante las reuniones de los CDR. Todas las peticiones y sugerencias se dirigen a altas instancias para ser coordinadas. Se prevén programas de base realizados directamente por la población, programas de condición media que sólo requieren una ayuda gubernamental, y grandes obras de interés nacional. El presupuesto estatal destinado a la agricultura que sostiene el país se incrementa del 2 % al 40 %.

El 8 de octubre 1987, Sankara se reúne con Compaoré, Zongo y Lingani para hablar sobre la necesidad de crear un partido único. Sankara se opone a esta idea, y se pronuncia a favor de elecciones políticas y de una reforma constitucional. Para él resulta imprescindible la necesidad de escuchar las peticiones de todos, siempre dentro de un movimiento revolucionario.

15 de octubre de 1987, jueves. Es el día de deporte de masas. La radio nacional, sin que él lo sepa, empieza a transmitir música marcial. Repentinamente, el presidente y sus hombres se convierten en el blanco del fuego de los kalashnikov e intentan defenderse inútilmente con pistolas semiautomáticas. «Quietos, quietos, es a mí a quien quieren», grita Sankara, que muere tras una agonía de más de media hora. Con él fallecen también otras doce personas. «La muerte de este hombre excepcional es una tragedia para todo África», escribió Jean Zigler, sociólogo y actual (marzo de 2020) vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Compaoré sostiene haber ordenado la detención de Sankara y que, debido a su firme resistencia, sus soldados se habrían visto obligados a eliminar físicamente al amigo fraterno.

Compaoré toma las riendas del poder, y la revolución se interrumpe bruscamente. La mujer de Sankara pide poder encargarse ella misma del entierro del marido, pero las autoridades se lo impiden temiendo que la ceremonia se convierta en una manifestación antigubernamental. Además, le envían un informe médico donde se puede leer que Sankara ha muerto por causas naturales.

Mariam, viuda de Thomas Sankara

Durante los días siguientes, a pesar del cierre de las escuelas y el toque de queda, más de 2000 estudiantes se manifiestan por las calles en contra de Compaoré. Ocho periodistas extranjeros que investigan sobre la reacción popular son encarcelados.

Basile Guissou, ministro de Información, y Valère Somé, ex ministro de Educación, son encarcelados durante meses y torturados, además de ser obligados a dormir con la ropa mojada. Se suprime el día del deporte obligatorio, así como la utilización del faso dan fani. Se comienza desautorizando a los CDR de sus funciones y se les suprime definitivamente el 18 de marzo de 1988. En octubre de ese año se adopta uno de los programas de ajuste estructural propuesto por el FMI y el Banco Mundial. El sector público desaparece en la selva de privatizaciones.

Según la declaración de la renta de 1987, Sankara posee sólo un viejo Renault 5 negro, libros, algunos vestidos, una moto, cuatro bicicletas, tres guitarras, muebles, un frigorífico, una humilde casa con dos habitaciones y el crédito todavía sin pagar. «No podemos ser la clase dirigente rica de un país pobre».

Temas que trató Sankara

La liberación de la mujer

Sankara consideraba la liberación integral de la mujer como paso ineludible para cualquier revolución. «Para ganar una lucha que es común a la mujer y al hombre hay que conocer todos los detalles de la cuestión femenina, tanto a nivel nacional como universal, y entender que la lucha de la mujer burkinabé se junta a la lucha universal de todas las mujeres, y, más en general, a aquella por la rehabilitación de nuestro continente».

El 22 de septiembre de 1984 se celebra el día de los Maris au marché: se invita a los hombres a ir al mercado, a hacer la compra y preparar la comida en lugar de sus mujeres, para así entender un poco más lo dura que es su vida.

Sankara decide combatir, con su usual prudencia de siempre, la costumbre más cruel y peligrosa: la circuncisión de las mujeres. En alto Volta, en 1980 más del 70 % de las mujeres habían sido sometidas a la escisión; en Somalia y en la zona septentrional de Sudán afecta al 98 % de las mujeres. Los instrumentos utilizados por las comadronas son cuchillos de cocina, cuchillas oxidadas, tijeras, caña de azúcar afilada, agujas, pedazos de metal, trozos de cristal e incluso uñas. Las graves heridas se cierran, según la tradición, con hilos de seda o espinas de acacia.

Ejemplo de cuchilla con la que se practica la circuncisión femenina

Durante la semana nacional de la mujer de 1985, se anuncia una campaña en contra de la mutilación sexual de las mujeres, que prevé la utilización de los CDR para favorecer discusiones, intercambios de opiniones y propuestas con la esperanza de que se abra un debate fecundo sobre este problema y se difunda entre la gente la educación sexual y sanitaria de base.

Los médicos enviados a las zonas rurales para combatir este fenómeno relatan frecuentes muertes por tétano, formación de quistes, dermoides de la vulva y alteraciones del carácter debidas al trauma sufrido. De momento, se elige una estrategia calculada y gradual, que al menos limite los sufrimientos y las consecuencias de la escisión invitando a lesionar lo menos posible los cuerpos de las niñas, esterilizar los instrumentos que se utilicen, esperar a la estación de lluvias, ya que la seca favorece el surgir de infecciones.

En cuanto a la prostitución, comenta: «Para la prostituta, el valor de su cuerpo fluctúa según los caprichos de la cartera del hombre que se acuesta con ella. ¿No es simplemente un objeto? ¿No está gobernado por la ley de la demanda y la oferta? Nos encontramos frente a una forma trágica y dolorosa de esclavitud».

En 1986 empiezan los trabajos para introducir un nuevo Código de Familia. La figura del jefe de la familia desaparece del código civil burkinés. Se establece una edad mínima para casarse, veinte años para los hombres y diecisiete para las mujeres. Viene abolida la obligación de versar una dote. Se prohíbe la venta de adolescentes. Se prohíben los matrimonios obligados, los acordados por las familias y los que proceden de prácticas consuetudinarias que imponen a las viudas de casarse con un familiar del difunto marido.

Sin embargo, la resistencia a cambiar costumbres consolidadas es enorme, incluso por parte de las mujeres; esto lleva al gobierno a una extrema cautela y a renunciar a coerciones e imposiciones.

Un tercio o la mitad del sueldo de los maridos se entrega directamente a las mujeres, tanto para evitar que lo malgasten en alcohol y prostitución, como para garantizar un mínimo de independencia económica a quien oficialmente no tiene un trabajo.

Se abre un debate sobre la necesidad o no de legalizar el aborto.

En el último gobierno presidido por Sankara hay cinco mujeres, una cuarta parte del número total de ministros.

Ecologismo

Un problema que a largo plazo parece ser muy peligroso es el avance del desierto que baja inexorablemente hacia el sur, comiéndose tierras cultivables y pastos, a un ritmo de siete kilómetros al año. En mayo del 1985 empiezan «las tres luchas»:
  1. Contra la tala incontrolada de árboles y la incesante deforestación.
  2. Contra el feu de brousse; el fuego de la sabana.
  3. Contra el pasto incontrolado de los animales.
En las zonas rurales se lanza la operación Une familie une compostiére para favorecer la práctica de compost; es decir, el reciclaje de los residuos sólidos urbanos para producir abonos naturales.

Se aprovechan todas las ocasiones para plantar un árbol. «Todos los jefes de estado que han visitado nuestro país han plantado un árbol. Cada uno de nosotros, cada uno de vosotros, el que lo quiera y el que no, todos tenemos que plantar un árbol, y los extranjeros que se nieguen a ello serán expulsados del país». En quince meses, aprovechando cada acto público o festivo, se han plantado en el país más de tres millones de árboles. 

Educación

En 1982, el 20 % de los presupuestos de Alto Volta estaba reservado a la educación. Sin embargo, el 98 % de esta cantidad sólo se utilizaba para pagar los sueldos de los trabajadores.

Los datos proporcionados por el Banco Mundial dos años antes indicaban que sólo un voltense de cada cincuenta sabía leer y escribir. En las 7000 aldeas del país sólo había 1300 escuelas. El 99 % de las mujeres son analfabetas.

Para luchar contra el analfabetismo, entre febrero y abril de 1986 se pone en marcha la campaña Alphabétisation Commando, que enseña a leer y escribir en muchas lenguas locales y en la que participan 30 000 adultos. En cuatro años, se habían construido 932 escuelas, la misma cantidad que en los veintitrés años precedentes. La tasa de escolarización pasa del 16 % en 1983 a un 32 % en 1986.

Sankara quita de las calles a los mendigos y crea viviendas de solidaridad, donde se puede aprender algunos oficios.

Sanidad

Se crea el Teatro-Forum para llegar a los rincones más perdidos del país, educar a la población rural en el respeto a las normas de higiene más elementales y potenciar acciones de solidaridad.

Se decide realizar una campaña exhaustiva denominada Vaccination Commando para combatir algunas enfermedades. Médicos llegados de Cuba participan en la operación. En sólo tres semanas, se vacuna contra el sarampión a más de un millón de niños entre seis meses y seis años, mientras que dos millones de niños entre los nueve meses y los catorce años son vacunados contra la fiebre amarilla y la meningitis cerebroespinal. La operación consigue un éxito tal que la OMS y James Grant, director ejecutivo de UNICEF, se ven obligados a felicitar públicamente al Gobierno de Ouagadougou.

Thomas Sankara y Fidel Castro

En cada uno de los cerca de 7000 pueblos y aldeas se construye una estructura médica, con el objetivo de impedir, por ejemplo, que un niño pierda un ojo a consecuencia de una banal herida sólo porque ésta no ha sido adecuadamente desinfectada y curada.

En Ouagadougou, donde en 1983 había tres farmacias, se abren treinta nuevas.

Deporte

Se convierte en un instrumento de cohesión social y un factor de mérito en las promociones laborales. Se construyen polideportivos para favorecer la difusión y la posibilidad de hacer actividad física. También contribuye a esa tarea la televisión nacional, que cambia su nombre de Voltavision a Burkinavision.

Cultura

En las regiones rurales se construyen pequeñas salas de cine y se devuelve su esplendor al Festival Panafricane du Cinéma de Ouagadougou (FESPACO). Hasta entonces, a África habían llegado sólo películas europeas o subproducciones hindúes. Ahora el objetivo es garantizar un importante escaparate a las películas africanas y permitir la expansión de un sector que nunca antes se había desarrollado.

Sankara instituye la radio Entrez et parlez, que permite a todos los ciudadanos burkineses pasar por los estudios radiofónicos durante las veinticuatro horas del día, coger el micrófono y expresar su opinión personal en directo a toda la nación. No faltan críticas a las actuaciones del gobierno.

Deuda externa

Sankara propone crear el Frente Unido de Addis Abeba, con el objetivo de negarse conjuntamente a pagar la deuda.

«La deuda no debe ser devuelta, porque si nosotros pagamos, los dueños del capital no se van a morir, de ello estamos seguros; si, en cambio, pagamos, nosotros sí moriremos, y de esto también estamos seguros».

«Son ellos los que tienen una deuda que nunca podrán pagar, la deuda de la sangre que hemos vertido».

«Hemos dicho al FMI que lo que pide, nosotros ya lo hemos hecho. No tenéis nada que enseñarnos»

«¿Podéis nombrarme un solo caso en el que el FMI y sus ayudas no hayan producido efectos negativos?».

«No es enviándonos cereales como los países más ricos nos pueden ayudar, sino proporcionándonos los instrumentos para producirlos nosotros».

Desmilitarización

Sankara se declara favorable al desarme.

«Para que haya paz hay que interrumpir el envío de armas a África. Es hipócrita hablar de ayudas humanitarias, mientras que por otras vías aquellos mismos estados envían comida y medicinas para salvaguardar la vida, hacen llegar armas para quitarla».

«¿Por qué las armas que quieren retirar la Unión Soviética y los Estados Unidos no son entregadas al CNA? Cuando el CNA las haya utilizado para derrumbar el Apartheid no habrá ningún problema, haremos con ellas una gran fogata junto con los misiles que quedan todavía».


Nota: CNA son las siglas de Congreso Nacional Africano, principal partido opositor al régimen del apartheid.

Apartheid

Sankara expresa repetidamente la convicción de que, para eliminar de forma definitiva los legados coloniales y neocoloniales y empezar una fase de desarrollo real y autónomo, es imprescindible favorecer un proceso de unión de todos los estados del continente. Su primer deber moral, incluso antes que político, es el de condenar sin titubeos el régimen de apartheid en Sudáfrica.

En 1984, el gobierno de Ouagadougou decide no tomar parte en las Olimpiadas de Los Ángeles. «Estos juegos, como otros acontecimientos internacionales, tendrían que ser utilizados para denunciar el racismo en Sudáfrica».

«No se trata de una lucha de negros contra blancos, sino de una lucha en contra de todo aquello que significa explotación, y en la que todos tienen que tomar parte. En un pasado reciente, cuando los europeos estaban bajo la amenaza de Hitler, recurrieron a hombres de todas las razas. Hoy creemos que todos los amantes de la libertad, la justicia y la dignidad del hombre tienen que combatir contra Pieter Botha y su banda. Tenemos que combatir el apartheid no porque somos negros, sino simplemente porque somos personas y no animales, y nos oponemos a la clasificación de los hombres según el color de su piel».

También declara que, si Reagan así lo quisiera, pondría fin al apartheid con un solo gesto.

Autosuficiencia y consumo local

Sankara entre la multitud

Proponía consumir productos del país, rechazando los modelos modernistas de los occidentales, que lo único que provocaban era dependencia y empobrecimiento. «Quedaos con vuestras manzanas, que nosotros nos comemos nuestros mangos». Promocionó la producción textil burkinabé, como el tejido faso dan fani que los representantes gubernamentales debían llevar en manifestaciones públicas ya fuera en el país, ya en el exterior. Abogaba por desarrollar la cultura africana que tenía una riqueza propia. «Tenemos que aceptar vivir a la africana, porque es la única forma de vivir libremente. La única forma de vivir dignamente».

«¡África para los africanos!», reclama Sankara frente a la continua depredación de los recursos naturales por parte de otros estados.

En 1986 se alcanza el objetivo de diez litros de agua al día para cada burkinés. Las simples medidas adoptadas garantizan la autosuficiencia alimenticia, lograda durante el bienio 1985-1986, cuando la producción de cereales alcanza niveles récord.

En contra del culto a la personalidad

Durante una manifestación, la gente gritó eslóganes a favor de Sankara y él interrumpió el homenaje para afirmar que no era correcto: «Yo, Sankara, estoy de paso, lo que debe quedar es el pueblo».

Visión de la política

«La democracia es el pueblo. La papeleta para votar y un aparato electoral no significan automáticamente la existencia de una democracia. Los países donde se vota regularmente y donde se preocupan por las necesidades del pueblo sólo un poco antes de cada cita electoral no tienen un sistema realmente democrático. Sin embargo, allí donde el pueblo puede decir todos los días lo que piensa, eso sí que es una verdadera democracia, porque cada día el Gobierno tiene que demostrar ser digno de la confianza del pueblo. No se puede concebir la democracia sin que el poder esté realmente en manos del pueblo».

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