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Cowboy Bebop (1998)

Argumento

Este anime se sitúa en 2071, cincuenta años después de que un accidente relacionado con un portal hiperespacial destrozara gran parte de la Luna. Muchos terrícolas mueren en consecuencia, y aquellos que deciden no emigrar a otros planetas o satélites naturales del sistema solar se ven en la necesidad de cobijarse bajo tierra para protegerse de las constantes lluvias de rocas lunares.

Portal hiperespacial. Fotograma de Session #1: Asteroid Blues

El modelo de sociedad que presenta Cowboy Bebop casi un siglo después de su primera emisión (3 de abril de 1998) no es el propio de un futuro utópico, sino más bien el de uno en el que, en mi opinión, perfectamente podría degenerar el actual. Los avances científicos que se han dado son diversos, pero para las grandes ciudades y las zonas rurales el tiempo no ha pasado; la estética de los territorios colonizados se asemeja sobremanera a la de lugares tan variopintos como Istanbul, Tijuana o Hong Kong, y la calidad de vida del ciudadano medio no ha mejorado un ápice, por lo que se muestra.

Bar en el asteroide Tijuana. Fotograma de Session #1: Asteroid Blues

Ciudad en Marte. Fotograma de Session #21: Woogie Boogie Feng Shui

Ciudad en Venus. Fotograma de Session #8: Waltz for Venus

Ciudadano de la Tierra. Fotograma de Session #9: Jamming with Edward

Ciudadana de la Tierra. Fotograma de Session #9: Jamming with Edward

El crimen está a la orden del día; así lo prueba la existencia de organizaciones como Red Dragon y White Tiger, entre otras, cuyo modus operandi bien podría asemejarse al de una mafia. Para contrarrestar las actividades delictivas en general está la ISSP (Inter-Solar System Police), que se vale de la ayuda de 300 000 cazarrecompensas. 

Dos de ellos son Jet Black y Spike Spiegel, que vagan por el espacio sin rumbo fijo en la nave Bebop con la esperanza de que la recompensa que cobren por algún fugitivo les permita no morirse de hambre en los días venideros. Tal y como comenta Dayo en su análisis de Cowboy Bebop, lo que importará no será atrapar al criminal, sino la historia alrededor de la caza, que irá dejando entrever retazos del pasado de cada uno de los miembros de la tripulación del Bebop.

Protagonistas

Spike Spiegel


Natural de Marte, odia los perros, los niños y las mujeres con carácter. Actúa como si todo le fuera irrelevante y pretende ser como el agua, dejándose llevar y adaptándose a cualquier situación: «Lo que tenga que ser, será» (Session #19: Wild Horses). Es experto en el arte marcial jeet kune do, y pilota con soltura la nave Swordfish II.

Pertenecía a Red Dragon, y con su compañero de trabajo Vicious llegaría a disputarse el puesto de líder de la organización criminal. Vicious pretende eliminarlo tendiéndole una trampa, pero Spike logra salir con vida del tiroteo. Julia, quien habría de ser el amor de su vida y «la otra mitad» que tanto extrañaría (Session #25: The Real Folk Blues), da con él y lo atiende. Habiendo sanado ya sus heridas, Spike le propone a Julia que escapen juntos de allí; él fingiría su muerte, y ella solamente tendría que presentarse en un cementerio que ambos conocen.


Sin embargo, Julia se encontraba bajo las órdenes de Vicious, y la condición que éste le impone para liberarla no es ni más ni menos que asesinar a Spike. Así, finalmente Julia no se presenta en el lugar acordado y huye de la organización por su cuenta.

Desde ese momento, Spike se verá incapaz de «alcanzar la realidad», solamente pudiendo «ver fragmentos» de la misma «y nunca la imagen completa» (Session #25: The Real Folk Blues), creyendo estar «atrapado en una eterna pesadilla» (preview de Session #5: Ballad of Fallen Angels). Él no sabrá si está vivo o muerto, y es por ello que, como cazarrecompensas, tratará de dar respuesta a su pregunta entusiásticamente tomando parte en aquellas misiones que se ven imposibles, como quien necesita un pellizco para saber que sólo estaba soñando. El pasado lo atormentará, y una vez tras otra le recordarán que no puede seguir huyendo de él, que no hay forma de escapar (Session #1: Asteroid Blues). «No hay que dejar las cosas en la nevera» (Session #11: Toys in the Attic), al fin y al cabo, ya que, si uno ignora o pretende ignorar que aún están ahí, tarde o temprano reaparecerán en la más temible de sus formas.


Tres años más tarde de huir de Red Dragon consigue dar con Julia, y juntos pretenden acabar con Vicious y sus hombres. No obstante, Julia no logra salir con vida de la misión. Sus últimas palabras se las dedica a Spike: «Todo es un sueño». Spike regresa al Bebop y cuenta a Jet y Faye lo sucedido. Antes de ir a dar caza a Vicious, a esta última le comenta: «Antes de que lo supiera, el sueño había terminado», y añade que no va a morir, sino a comprobar si está vivo. 


«Sin ningún sitio al que volver» (Session #26: The Real Folk Blues) y vestido con la chaqueta que utilizaba cuando era miembro de Red Dragon —como de costumbre cuando se enfrenta a Vicious—, irrumpe en el edificio en el que se encuentra su antiguo rival. Victorioso pero no ileso, llega a la última planta, donde Vicious, katana en mano, lo espera sentado. Este último le dice: «Así que finalmente estás despierto. Ya te lo he dicho anteriormente, Spike, yo soy el único que puede matarte y liberarte». Esto podría hacer alusión a Session #3: Honky Tonk Women, episodio en el que se muestra la frase inacabada «Only a true SAMURAI can kill him like th...». 


Así, cada uno con su respectiva arma, hace su último movimiento. Vicious muere al instante; Spike baja algunas escaleras, y con un «Bang» cae tendido en el suelo. Shinichiro Watanabe, creador de Cowboy Bebop, deja a los fans especular acerca de la muerte del protagonista.


Lo que sí creo que está claro es que este «Bang» quiere llevarnos de vuelta a Session #6: Sympathy for the Devil, episodio en el que el fugitivo en cuestión es un chico que dejó de envejecer el día del accidente del portal hiperespacial. Cuando Spike le dispara una bala compuesta por una piedra que hace que vuelva a su edad original, el ya anciano niño suspira: «Finalmente me puedo morir. Me siento tan pesado, pero me siento tan a gusto ahora. Lo entiendes, ¿verdad?». Antes de hacer el gesto del «Bang» apuntando a la armónica que tocaba el niño, Spike replica: «Lo hago». Spike ya entendía el sentimiento del niño en el sexto capítulo, y lo sigue entendiendo ahora, por lo que no soy capaz de sacar una conclusión en claro. ¿Acaso, además de empatizar con el niño, se siente libre de la carga que ha llevado consigo todo este tiempo? ¿Implica el hecho de que se haya liberado de ella que Spike haya muerto? 

Fotograma de Session #6: Sympathy for the Devil

Jet Black


Capitán del Bebop, amante del jazz —de ahí el nombre de la nave— y chef de la tripulación. Leal y con un gran sentido del deber y de la justicia, cuida y mima todo aquello de lo que se cree responsable (véase los bonsáis, la gente que lo rodea, el propio Bebop y su nave personal, el Hammer Head). Lleva consigo la carga de dos dramáticos sucesos, teniendo ambos que ver, justamente, con la traición y la deslealtad.

Conocemos el primero cuando, por gajes del oficio, acaba en Ganímedes —su tierra natal— y aprovecha para visitar a Alisa, su expareja, con quien se sincera: «En aquel entonces, cuando volvía a casa del trabajo, tú siempre estabas esperándome; eso era todo lo que necesitaba. Pero ese día, cuando llegué a casa y sólo encontré ese reloj y una pequeña nota con la palabra "Adiós", por alguna razón no me sentí triste. Me parecía tan irreal. Poco a poco sentí que me moría por dentro. Después de seis meses me prometí a mí mismo que me iría de este planeta si al acabarse la cuerda de este reloj tú no habías vuelto. No vine aquí a culparte, sólo necesito saber por qué desapareciste» (Session #10: Ganymede Elegy).


Alisa le responderá más adelante, cuando Jet se disponga a apresar a Rhint, fugitivo y actual pareja de ésta: «No has cambiado nada. Tú decidías todo y siempre tenías razón. Cuando estaba contigo no tenía que preocuparme por nada. Todo lo que hacía era aferrarme a ti como un niño, sin preocuparme por nada. Quería decidir cómo vivir por mí misma, aunque me equivocara». Sabiendo ya la verdad, Jet se marcha de allí, no sin antes lanzar al mar el viejo reloj de bolsillo, lo que para él significa que el tiempo avanza y que, en definitiva, la vida sigue.


La segunda historia es la que nos permite saber qué hay detrás del brazo mecánico de Jet. Nuestro afable cocinero trabajaba en el ISSP años atrás y, por ser como «un perro bravo que no soltaba lo que mordía» (Session #10: Ganymede Elegy), lo apodaban Black Dog. Persiguiendo junto con su compañero Fad al por entonces fugitivo Udai Taxim, de repente recibe un balazo en su brazo izquierdo. Pudiendo someterse a una operación de regeneración celular en el brazo afectado, Jet decide utilizar un brazo mecánico desde entonces. No será hasta Session #16: Black Dog Serenade que descubrirá que quien realmente lo hirió de gravedad no fue otro que su buen amigo Fad. Como le confiesa Udai Taxim, quiso librarse de él por «ser una amenaza para el Sindicato», del que había pasado a formar parte. Para Fad, que cree que «no podemos seguir viviendo de pequeños ideales», los nobles valores de Jet siempre fueron poco realistas, lo que le resultaba un impedimento.

Faye Valentine


Sensual, impulsiva y amante de los juegos de azar. A los veinte años sufrió un accidente y, al no existir medios para tratarla por aquel entonces, la criogenizaron durante cincuenta y cuatro años. Confundida y sin recordar nada acerca de su pasado, al despertar de su largo sueño el doctor Bacchus y su asistenta le informan de que debe 300 millones de woolongs —moneda oficial en Cowboy Bebop— por el coste del tratamiento. Whitney Haggis Matsumoto, quien dice ser su abogado, pretende ayudarla con el caso. Juntos parecen ser felices, pero un buen día una nave de la compañía de seguros, afirma Whitney, los persigue. El abogado hace de cebo para que Faye pueda volver sana y salva al hospital, pero sufre un accidente aparentemente mortal en el intento. El doctor Bacchus le informa a Faye de que Whitney indicó que, dado un accidente inesperado, todo su patrimonio pasaría a ella, pero resulta que su abogado no le deja más que nuevas deudas.


Tres años más tarde, ya como exfugitiva y tripulante del Bebop, Faye se encuentra con Whitney, el doctor y su asistente. Bacchus le confiesa que toda su información personal fue destruida cuando se dio el accidente del portal hiperespacial, y que lo único verídico en lo que respecta a su pasado es que estuvo criogenizada. Whitney no era ningún abogado, sino el sobrino del doctor, y el nombre de Valentine se lo dio Bacchus pensando en su canción de amor favorita. 

Así, sin saber «dónde terminan las mentiras y dónde empieza la verdad» (Session #15: My Funny Valentine), Faye tratará de averiguar cuál es su origen. Le llegarán por correo postal varias cintas de vídeo que grabó cuando era niña y en las que mantenía una conversación imaginaria con su yo adulta, con una Faye que, perpleja, no se reconoce a ella misma. Ed dice saber dónde se encuentra una fuente que aparece en las cintas, por lo que Faye le obliga a llevarla al lugar en cuestión.


Mientras Faye observa la ciudad derruida y parcialmente inundada con la que se topa, se le acerca en silla de ruedas Sally Young, una anciana que dice ser su antigua compañera de colegio. Sus recuerdos vuelven, y totalmente desplazada y fuera de lugar, se marcha de allí. Para Faye, que admite ante Ed que «belonging is the very best thing there is» (Session #24: Hard Luck Woman), no hay nada más triste que eso.


Con todo, como también confesará en Session #26: The Real Folk Blues, había encontrado en la tripulación del Bebop un lugar al que ir, y es por ello que le duele tanto que Spike —a quien acaba cogiendo especial cariño— se marche de la nave con la intención de enfrentarse a Vicious. Le parece hipócrita, además, que quien intentó animarla con un «tú tienes un futuro, y eso es lo que cuenta», pueda llegar a echar su vida a perder por el hecho de saldar cuentas con el pasado.

Edward Wong Hau Pepelu Tivruski IV (y Ein)


Desvergonzado, hiperactivo y curioso, Ed vive solo en Sudamérica hackeando todo aparato electrónico que le llama la atención. Su padre se olvidó de él en la guardería hace siete años, y desde entonces ha estado buscándolo sin excesivo ahínco; lo único que este hombre tiene en mente es perseguir los meteoritos lunares que caen en la Tierra, con el objetivo de crear un mapa actualizado que permita «lograr la paz y acabar con el caos» (Session #24: Hard Luck Woman). Tal es su determinación para llevar a cabo esta tarea que, cuando al fin da con Ed —a quien llama Françoise y de quien ni siquiera se acuerda si es niño o niña— y, segundos después de haberle sugerido que vaya con él, ve caer un meteorito a lo lejos, se marcha apresuradamente sin despedirse.

Cuando todos regresan al Bebop, Ed regala a Spike un molinillo de papel —característico del orfanato en el que estuvo varios años— y se marcha de la nave, dejando como despedida un «Bye Bye» y una cara sonriente pintarrajeados en el suelo. Ein, el perrucho inteligente del Bebop, lo sigue, y juntos se van «muy muy lejos». Dos estrellas caen del cielo y desaparecen, lo que según el chamán Laughing Bull significaría que dos vidas han llegado a su fin.


Con este adiós tan fugaz, queda claro que Ed, al igual que su padre, es quien mejor relación guarda con su pasado. Podría sugerirse que esto se debe a que aún la vida no le ha traído tantas desgracias como al resto de los tripulantes del Bebop, o quizás a que simplemente no le da demasiadas vueltas a nada. Trata de no arrastrar a nadie consigo, procura dejar un recuerdo positivo en la memoria de aquellas personas que aprecia y exprime cada momento al máximo (véase la alegría que desprende al jugar al ajedrez en Session #14: Bohemian Rhapsody).


Fotograma de Session #14: Bohemian Rhapsody

Opinión

Cowboy Bebop es, en definitiva, un anime diferente. Si esto fuera un examen de Selectividad en el que se me pidiera enunciar su tema, citaría textualmente las palabras de Jet en la preview de Session #25: The Real Folk Blues (y por ello sacaría un cero en este apartado): «Everything has a beginning and an end. Life is just a cycle of starts and stops. There are ends we don't desire, but they are inevitable; we have to face them. That's what being human is all about». El «You're gonna carry that weight» con el que se cierra el último episodio va en consonancia con esto, ya que las cargas que pesan sobre uno mismo nunca dejarán de acumularse. Me parece especialmente bonito el detalle de que en Session #24: Hard Luck Woman Spike amarre a la nave como bien puede el molinillo de papel que Ed le regala justo antes de marcharse con Ein.

El análisis musical se lo dejo a Jaime Altozano; yo solamente puedo comentar que me ha sorprendido muy positivamente la amplia variedad de estilos musicales que trata The Seatbelts, banda encargada de darle vida a los episodios. Entre mis temas favoritos se encuentran «Green Bird», «Space Lion», «The Real Folk Blues», «Waltz for Zizi», «Wo Qui Non Coin», «Call Me Call Me», «Go Go Cactus Man», «Blue» y, obviamente, «Tank!». Impresiona también el hecho de que en un anime tan breve no se tenga miedo a la hora de incluir capítulos de temática y ambientación tan variopintos; a saber, la locura y la turbia sed de sangre en Session #20: Pierrot Le Fou, el thriller espacial en Session #11: Toys in the Attic, el blaxploitation de setas alucinógenas en Session #17: Mushroom Samba, etc.

Fotograma de Session #20: Pierrot Le Fou

La fotografía me parece preciosa y cuidada al detalle, y las escenas de acción —sobre todo los combates cuerpo a cuerpo— tienen una vitalidad y fluidez que cuesta ver incluso hoy día. Tanto la caracterización de los personajes como la mezcla de culturas se hacen al mismo tiempo extrañas y familiares, y no falta en el anime la crítica social. En lo que respecta a esto último, se puede destacar en Session #22: Cowboy Funk el papel del descorazonado criminal Teddy Bomber, quien «hacía estallar cosas» porque «quería dar una advertencia en contra del innecesario desperdicio causado por un capitalismo sin filosofía; planetas que son colonizados innecesariamente, prensa que circula sin ninguna razón, y los innecesariamente altos edificios que simbolizan todo esto», y el de Londes en Session #23: Brain Scratch, quien critica dura e hipócritamente, en su caso, la televisión como medio de control de masas.

Fotograma de Session #4: Gateway Shuffle. Basura en el espacio y carteles de «Keep clean!»

Fotograma de Session #23: Brain Scratch

Todas estas peculiaridades en su conjunto son las que, tal y como se proponía Shinichiro Watanabe inicialmente, hacen de Cowboy Bebop «un nuevo género en sí mismo» en el que se crean «nuevos sueños y películas rompiendo con los estilos tradicionales». He de decir, sin embargo, que aún no creo haberlo disfrutado como se merece.

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